La calidad energética se refleja en ahorros eléctricos, resultado de las buenas prácticas en las instalaciones como son el diseño, materiales e instalación. Conoce qué es y cuáles son las prácticas que benefician y optimizan tus instalaciones.

Definimos a la calidad energética como la optimización del consumo energético para alcanzar unos niveles determinados de eficiencia y de servicio, por ejemplo, ajustando el consumo de electricidad a las necesidades reales de las instalaciones o implementando mecanismos y sistemas para ahorrar energía, evitando pérdidas durante el proceso.
El descubrimiento y la aplicación de diferentes conceptos, como las energías renovables y la eficiencia, ha generado una mayor conciencia en las industrias acerca de la necesidad evidente de reducir el consumo, utilizando sistemas sostenibles de generación energética.
La mejores prácticas en la calidad energética
La calidad energética se refleja en ahorros eléctricos, resultado de las buenas prácticas en las instalaciones, como son diseño, materiales e instalación. Para conseguirlo es posible seguir una serie de pasos a nivel general:
Optimización de las instalaciones
Desde un simple peinado de todos los tableros puede dar ahorros y mejoras, es por ello que cuidar de los calibres de los cables, el arreglo y el diseño de la distribución eléctrica juega un papel clave al momento de buscar la eficiencia energética.
Diversidad energética
Este concepto hace referencia a los distintas fuentes energéticas que hay disponibles. Todas las fuentes renovables y no renovables entran en este ámbito, pero hay que seleccionar las más indicadas en cada caso. Cuantas más opciones tengamos, más sencillo será reducir costes partiendo de las fuentes más baratas y, de ser posible, renovables.
Aprovechamiento de energías renovables
Para garantizar la eficiencia energética en el sector industrial es crucial valerse de recursos renovables. Este tipo de fuente energética es sostenible, de bajo coste y, además los beneficios fiscales lo vuelven una inversión con un retorno muy rápido. Con el fin de conseguirlo, hay que abandonar los suministros externos, que hacen que las empresas dependan de su abastecimiento.
Innovación tecnológica
Utilizar menos energía para generar productos o servicios es fundamental para la innovación tecnológica. El ahorro de recursos permite destinar capital a la investigación de nuevas tecnologías.
Uso de microrredes
Una microrred eléctrica es un sistema de generación de energía que distribuye la electricidad desde el proveedor hasta el consumidor. Parte de la tecnología digital y prioriza las fuentes energéticas renovables para ahorrar energía, reducir costes y potenciar la fiabilidad de las redes. Distribuyen la energía, la almacenan, gestionan las cargas, monitorizan y controlan las potencias y ofrecen procedimientos de prevención de errores.
Optimización de hábitos de consumo
Para conseguir la mejora de la eficiencia energética en el sector industrial es necesario mejorar los hábitos de consumo. Hay que administrar la energía de un modo eficaz y desconectar del suministro eléctrico toda herramienta que no vaya a ser utilizada y cuya permanencia no sea necesaria. Por ejemplo, es comprensible dejar encendido un servidor, pero no así la maquinaria pesada en desuso. Para conseguir esto hay que concienciar a todo el equipo implicado en los procesos de producción.